Harry Gregson-Williams

Harry Gregson-Williams, uno de los compositores cinematográficos de más éxito de la era moderna, ha compuesto la música de películas tan conocidas como "Shrek" (2002), "Phone Booth" (2002), "Bridget Jones: Al filo de la razón" (2004), "El reino de los cielos" (2005) y "Las crónicas de Narnia: El príncipe Caspian" (2009). Ha ganado numerosos premios por su trabajo en bandas sonoras, que comenzó a principios de los años noventa, demostrando ser prolífico a lo largo de tres décadas.

Nacido en Sussex (Inglaterra), parecía destinado a grandes cosas desde muy joven, tras ganar una beca de música en el St Johns College de la Universidad de Cambridge con sólo siete años. Fue corista infantil, estudió música en la Stowe School y comenzó su carrera como profesor en la Guildhall School of Music & Drama de Londres. Su gran oportunidad le llegó cuando trabajó con el compositor cinematográfico Hans Zimmer, ganador de un Oscar, quien tomó a Gregson-Williams bajo su tutela y colaboró con él en las partituras de películas como "The Whole Wide World" (1996), "The Rock" (1996), "Smilla's Sense of Snow" (1997) y "The Borrowers" (1997). También colaboró con Trevor Rabin en "Chicken Run" (2000) y "Shrek" (2002) y empezó a especializarse en música para películas infantiles (en particular "The Tigger Movie" (2000) y "Sinbad: Legend of the Seven Seas" (2003)). En la década de 2000, trabajó en la música de "Man On Fire" (2004) y "Déjà Vu" (2006), y creó bandas sonoras memorables para videojuegos, como la serie "Metal Gear Solid" y "Call of Duty". Entre sus créditos posteriores figuran "The Martian" (2015), "Live By Night" (2016) y "The Zookeeper's Wife" (2017), y también estuvo trabajando en la última película de "Batman".