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Sviastoslav Richter fue considerado uno de los mejores pianistas clásicos de la historia. Nacido en la Unión Soviética, en la actual Ucrania, se dio a conocer en Occidente gracias a sus grabaciones de la década de 1950. Asombró al público en las giras estadounidenses de los años 60 y dejó un canon de grabaciones que los críticos siguen saboreando.
Hijo de un pianista profesional, Richter empezó a tocar el piano de niño y a los 15 años ya había actuado con la Ópera de Odessa. Tras estudiar en el Conservatorio de Moscú con Heinrich Neuhaus, dio su primer recital público a los 19 años y a los 26 se ganó el reconocimiento nacional interpretando los conciertos para piano de Chaikovski. Actuó en los países del bloque soviético desde finales de la década de 1950 hasta que una grabación del "Concierto para piano nº 5" de Prokofiev con la Orquesta Filarmónica de Varsovia llegó a Estados Unidos. Una grabación del "Concierto para piano n.º 2" de Rachmaninov con la misma orquesta reforzó su presencia en Estados Unidos, donde debutó en octubre de 1960 con la Orquesta Sinfónica de Chicago, dirigida por Erich Leinsdorf. Su interpretación del "Concierto para piano n.º 2" de Brahms entusiasmó al público y a la crítica, y consolidó su posición con varios conciertos en el Carnegie Hall de Nueva York. Más tarde actuó en Londres, Francia y Japón.
Su repertorio se extendió hasta 80 programas diferentes, sin contar las obras de cámara, e incluyó piezas de todos los maestros de la música clásica. Sus actuaciones en directo constituyen la mayor parte de su obra grabada, pero sus álbumes de estudio de música de Schubert, Liszt, Rachmaninov y Schumann gozan de gran prestigio, y su grabación del "Concierto para piano nº 2" de Brahms le valió un premio Grammy en 1961. El documental "Richter: The Enigma", del director francés Bruno Monsaingeon, es una de las pocas veces en que el volátil pianista se sentó para una entrevista, con conversaciones grabadas poco antes de su muerte.