A finales de 1974 nace uno de los proyectos más interesantes que ha tenido Codiscos, gracias a una propuesta que hizo Marlore Anwandter, periodista, profesora y música chilena, al Dr. Álvaro Arango, que en aquel entonces era el vice-presidente de la compañía. Esta idea era tan novedosa y original, que por ello llamó la atención.
A principios de 1975 empezaron las grabaciones de lo que sería el primer disco de música infantil hecho en Colombia con artistas colombianos. Para este complejo y divertido experimento, Marlore contó con el apoyo incondicional de Roberto Rico y su familia, quienes tenían una academia de canto, la más popular en aquellos tiempos y en donde cantaban los hijos de Marlore. En octubre de 1975 se publicó el primer disco y nadie podía imaginar el rotundo éxito que tendría, en una época sumamente compleja donde el rock, el pop, la música tropical, la balada romántica y la música disco dominaban el mercado musical a todo lo ancho y largo de la geografía colombiana.
El éxito del disco se debía a la rica melodía de las letras, su sencillez, acompañadas de un pegajoso ritmo y sonido muy de la época. Sin embargo, había algo más: Detrás de las letras había mensajes didácticos y educativos, lo que hizo que el producto fuera aún más llamativo. A partir de ahí nacieron personajes como la bruja loca, el Negro Cirilo, Sammy el helador, el avión Minino, Elena la ballena y muchos más.
