La Florida, 2012. Cuatro amigos del Colegio Cerro Grande se juntan a modelar el proyecto que Simón Campusano había estado forjando durante su adolescencia. Sin mucho pensarlo, nombraron a la agrupación Niños del Cerro.
En marzo del año 2014, la banda hace un recambio de baterista y bajista, integrandose así Pepe Mazurett y Felipe Villarrubia en los respectivos instrumentos. De la formación original se mantendría Simón (voces, guitarra, teclado) y el guitarrista Nacho Castillo. Con formación definitiva, y que fluye desde el puntapié inicial de las composiciones y letras de Simón, Niños del Cerro arma un rompecabezas musical que parte de las influencias e ideas de todos sus integrantes, recorriendo un camino pop que va desde el indie más melancólico (Pavement, Deerhunter), a un ordenado math rock. Las letras de estos muchachos hablan de lo cotidiano y lo sensible: la vida de amigos veinteañeros en el suburbio santiaguino.