Natalie Cole

Son pocos los hijos de leyendas que consiguen salir de la sombra de un progenitor mundialmente famoso, ya que a menudo optan por rechazar por completo sus orígenes y dedicarse a algo totalmente distinto. Pero Natalie Cole, la hija del gran Nat King Cole, no sólo demostró ser una magnífica cantante por derecho propio, sino que abrazó con cariño su herencia hasta el punto de utilizar con imaginación la tecnología para hacer duetos con su difunto padre. Expuesta al jazz clásico y al soul desde una edad temprana, Natalie absorbió bien sus influencias y fue fichada por la antigua discográfica de su padre, Capitol. Las críticas de su álbum de debut, Inseparable, de 1975, la comparaban favorablemente con una de sus heroínas, Aretha Franklin. A este éxito siguieron los álbumes Natalie (1976), Unpredictable y Thankful (1977), en los que se centró en el estilo R&B. Tras un declive por sus problemas con las drogas, volvió a los primeros puestos de las listas en 1987 con el álbum Everlasting, que incluía los exitosos singles Jump Start (My Heart), I Live For Your Love y una versión de Pink Cadillac de Bruce Springsteen. Más tarde obtuvo un éxito en el Top 10 del Reino Unido con Miss You Like Crazy, del álbum Good To Be Back, y en 1991 finalmente sucumbió a las constantes peticiones de cantar el material de su difunto padre con el álbum Unforgettable...With Love, que incluía el dúo interactivo con la voz de su padre en la canción Unforgettable. Otro álbum de jazz, Take A Look, le siguió en 1993, pero Natalie regresó al pop y al R&B en 2006 con Leavin'. Dos años más tarde retomó el material de su padre en el álbum Still Unforgettable, al tiempo que se forjaba una carrera paralela como actriz, protagonizando ella misma Livin' for Love, de 2001: The Natalie Cole Story, de 2001, y en televisión y cine, como en la película biográfica de Cole Porter De-Lovely (2004).