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La historia de Ben Carrillo es la misma de muchos soñadores que llegaron a Estados Unidos con la idea de forjarse un futuro mejor al que podrían conseguir en algunos –la mayoría- de los países de Latinoamérica. Una historia de sacrificio, empuje, determinación y disciplina.
Ben nació en Guatemala. Desde los 10 años ha escrito canciones, letra y música. A los 15 años ya tenía decidido salir de su país y así lo hizo. Llegó a Estados Unidos y allí comenzó la tarea de cambiar su destino y sabía que la música era el camino para lograrlo y siguió haciendo canciones.
Viviendo en Texas, terminó el High School y comenzó la universidad. Llamado por la admiración que tiene por varios exponentes del género urbano, viajó a Medellín. Allí conoció a Sky Rompiendo y a Mosty y -con ellos- hizo su primer tema, ‘Dime si tú’.
De regreso en Texas, hizo temas para algunos shows de tv y, –de la mano de Steve Lindsey – llegó la posibilidad de irse a Los Ángeles. No lo dudó ni por un segundo, allí estaba el corazón de su trabajo.
No ha sido camino fácil ya que para Ben el éxito profesional debe ir acompañado del éxito como ser humano. “Vengo de la nada, del trauma, del caos, pero soy capaz de transformarlo todo”, afirma el joven artista.
Le ha ido bien con su trabajo, ha ganado dinero, pero tiene muchas responsabilidades con la parte de su familia que aún está en Guatemala y siempre piensa en ellos antes que en sí mismo. Por eso trabaja como mesero en dos restaurantes, pero lo hace con latinos para no perder sus raíces, para recordar que el dolor y la libertad son inherentes a nuestra cultura, para tener siempre presente quién es y de dónde viene.
Y esto es lo que su música le puede aportar a los latinos: unas letras cargadas de familia, amor, trabajo, respeto por la mujer. “Mis canciones tienen letras que marcan la diferencia para nuestra cultura. Escribo sobre mi vida y la de mi gente, sobre mis oportunidades, sobre ser mejor cada día, sobre la disciplina que se debe tener para salir adelante”, dice Ben con la convicción de la fe ciega en sí mismo.
Hace unos meses decidió hacer un alto en el camino y dejó de lado toda actividad distinta a hacer música. Se dedicó por entero a componer, sin dejar su trabajo como mesero. Hoy puede decir que tiene un portafolio de canciones bien trabajadas para conquistar el mundo musical. Este nuevo proyecto es muy urbano y muy rock. Su propósito siempre ha sido hacer cosas que trasciendan, se eleven y que dejen algo en el público.
De este proyecto nace ‘Espinas’, el primer sencillo del EP titulado ‘Crecimiento Demos’, seis temas que nacen del jardín de su mente. Es un tema de amor que habla de infidelidad, de arrepentimiento. “Hay muchas historias que me inspiran, cosas que veo, que siento, que experimento”, cuenta el compositor sobre su proceso de creación. Trabaja primero las melodías en su guitarra y luego hace letras que se compaginan con las imágenes que constantemente dan vueltas en su cabeza.
Todo lo que tiene ver con su música lleva su sello. No hay un proceso en el que no esté involucrado, un detalle que se le escape. La razón es sencilla: este camino musical debe demostrarle a los latinos que se pueden lograr cosas buenas a pesar de venir de muy abajo, que no estamos condenados a ser unos perdedores por el hecho de pertenecer a una y otra cultura, que todo en la vida pasa por algo y que lo importante es salir adelante.