Ella Fitzgerald

Ella Fitzgerald, una de las cantantes de jazz más grandes y queridas de todos los tiempos, con un registro vocal extraordinario, se sirvió de su maravillosa voz y de su canto improvisado para alcanzar fama mundial y una base de fans internacional. Fue criada principalmente por su madre en Yonkers, Nueva York, y al principio quería ser bailarina, pero cuando su madre trajo a casa un disco de The Boswell Sisters se enganchó a la música jazz.

Su madre murió cuando Ella tenía sólo 15 años, y el dolor hizo que la adolescente entrara en una espiral destructiva: empezó a faltar a clase, se escapó del orfanato y acabó sin hogar. Pero el canto la devolvió al buen camino; empezó a imitar el estilo vocal de su heroína, Connee Boswell. Ella comenzó su carrera en el jazz a los 17 años, actuando en el famoso teatro Apollo de Harlem. Empezó a cantar con la orquesta de Chick Webb y tuvo varios éxitos con ellos, entre ellos "Love and Kisses" y la canción de moda "A-Tisket, A-Tasket"; cuando Webb murió en 1939, Ella se convirtió en la directora de la orquesta. Se marchó en solitario en 1942 y, a medida que la era del swing se desvanecía, adoptó su estilo para incorporar el canto espontáneo scat, imitando vocalmente a la sección de vientos de la orquesta.

Se dice que discos como "Flying Home" y "Lady Be Good" cambiaron por completo la percepción del jazz. Su álbum de 1950 "Ella Sings Gershwin" también fue influyente y, grabando para Verve durante los años 50 y 60, publicó una serie de álbumes de música de diferentes autores que sentaron las bases del Gran Cancionero Americano y la consagraron como una de las mejores cantantes del siglo XX. También actuó en varias películas y colaboró con grandes del jazz como Louis Armstrong, Duke Ellington y Count Basie. En 1996, tras años de lucha contra la diabetes, Ella Fitzgerald murió en su casa de Beverly Hills rodeada de su familia.