Patti Austin

Con Quincy Jones como padrino y Dinah Washington como madrina, siempre hubo posibilidades de que Patti Austin se convirtiera en una estrella, y eso se confirmó cuando hizo su primera aparición a los cuatro años en el Teatro Apollo de Nueva York. Ante miles de personas, la precoz diva se dio cuenta de que la orquesta estaba tocando en el tono equivocado, así que se detuvo y, ante la estupefacción e incredulidad de los espectadores, les explicó su error en términos inequívocos. La estrella infantil se convirtió en una de las vocalistas más consumadas de la década de 1980, trabajando con todo el mundo, desde Michael Jackson y Paul Simon hasta Harry Belafonte, y prestando su voz suave y poderosa a estándares de jazz, baladas pop y éxitos soul. El éxito comercial le llegó con su cuarto álbum Every Home Should Have One (1982) y su exitoso sencillo Baby, Come To Me, pero Austin tuvo que esperar hasta 2008 para ganar su primer premio Grammy por Avant Gershwin, un homenaje al compositor George Gershwin.